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Pascal Pernot, Serge Cottet, Marie-Hélène Roch y otros - Del sujeto del inconsciente al parlêtre (2009)

Trabajo producido por un cartel de la ECF que parte de subrayar el interrogante freudiano acerca de cómo trata el ser parlante el goce hetérogeneo al lenguaje, frente al cual se ubicaba un sujeto que, habitante del lenguaje, no es amo en su morada, y cuyas asociaciones verbales cifran su saber inconsciente. Sin embargo, un desciframiento del inconsciente no es el término de la experiencia que puede esperarse de un psicoanálisis, en tanto el síntoma conjuga el ciframiento verbal a la vez que la satisfacción del cuerpo que goza, es decir, lo que se presta a una traducción y lo que se define como una falla de traducción, inaccesible al lenguaje. Esta división del sujeto del inconsciente entre lenguaje y goce del cuerpo, es lo que de Freud toma como punto de partida el itinerario lacaniano que lleva del sujeto del inconsciente al parlêtre, y que permitirá ubicar que el sujeto del inconsciente y el goce están en el exilio recíproco, mientras que el parlêtre reintroduce la dimensión de la pulsión en el verbo.
Así, se pasa a un primer momento de Lacan, con su retorno a Freud, en el que utiliza el significante y la consecuencia lógica de sus articulaciones, y hace que el término sujeto designe una falta-en-ser y que el inconsciente aparezca como sucesión de soluciones de continuidad, de la cual se deduce una práctica del análisis que pone en juego esas escansiones. Más tarde, reelabora el inconsciente para incluir el fuera de sentido, ubicando que el goce acompaña al sujeto del inconsciente, clínica que impone saber cómo cada sujeto goza de la actividad de ciframiento y cómo la experiencia analítica puede tocar lo real de la pulsión. La última enseñanza de Lacan zanja finalmente la cuestión freudiana de la Spaltung con la clínica del parlêtre, en la que la práctica lacaniana opera por medio de cortes asemánticos, desabonando al parlêtre de su pasión del significante, y dando a la cura analítica toda su dimensión de experiencia inventiva, que abre para cada sujeto una ética de la responsabilidad de su modo singular de goce.

Marie-Hélène Brousse - De la Madona a Santa Ágata: Lacan, el deseo y lo real (1992)


Brousse se embarca en un recorrido muy preciso por la obra lacaniana para situar la reevaluación de la figura de la madre en la relectura del Edipo freudiano que efectuó Lacan a lo largo de los años. Así podrá decir que Lacan volvió posible un avance auténticamente postfreudiano del psicoanálisis sustituyendo el mito edípico por la metáfora paterna, pasaje ligado a un proceso de reducción: del padre de la realidad al Nombre, y de la madre al deseo. Este deseo materno presenta a su vez dos caras: una cara fálica de significación, condición de todo investimento libidinal, y otra cara de enigma, que deja entrever lo que escapa al sentido.
Localiza cómo los postfreudianos habían inscripto la relación del sujeto al objeto bajo la insignia de la Leche Buena, haciendo de las representaciones de la Madona dando el pecho al niño Jesús, la representación ideal de esa relación. Lacan permitirá ubicar que los lazos entre la madre y el niño se organizan no a partir de la satisfacción de una necesidad alimentaria sino a partir de la interrupción de esa satisfacción; el corte no sucede entre la madre y el niño, sino entre el sujeto y el objeto: es el pecho, y no la madre, el que se vuelve causa de deseo.
De allí que se derive que Santa Ágata, llevando su pecho sobre una bandeja, sea una imagen más aproximada de la relación del sujeto al objeto en causa en su deseo, que el niño en brazos de la Madona completo por el pecho. Lo que permite a Brousse enunciar: «Nunca toda madre: la relación madre-niño no abre ningún acceso privilegiado a la feminidad; ninguna universalización es posible por allí donde, escapando a la castración, viniera a desmentir que no hay relación sexual.» Este recorrido le permite entonces destacar cómo el deseo se orienta hacia lo real y no hacia la imagen o el mito.  

Éric Laurent - El psicoanálisis, muy vivo (2013)

Les traigo esta vez una entrevista publicada en Courtil en Lignes sobre su libro “La batalla del autismo”, en la que Laurent alude al enfrentamiento con los adversarios del psicoanálisis, y resalta que, frente a la desilusión producida por algunos métodos de las TCC, es necesario «precisar mejor el tipo de aprendizajes no estrictamente repetitivos que sostenemos». En su opinión, en la práctica entre varios en instituciones con un enfoque plural, el modo de intervención con el autista permite salir del autismo para volver a él, pero de otra manera, una que no tiene que hacerlo caer en la locura, sino que trata de apoyarse en el objeto autista «para ampliar el mundo del sujeto y permitirle encontrar su lugar en un Otro».
A la vez, destaca que el autismo es un campo que no se define como de la forclusión del Nombre del Padre, en tanto se observan «fenómenos clínicos que no tienen correspondencia en la psicosis». Se trata aquí de «la pura repetición del Uno, sin implicación del cuerpo o de lo imaginario». Así pues, extendido el concepto de autismo al sujeto contemporáneo, puede decirse que «la soledad radical no es la del sujeto, sino la del Uno de goce».
Señala, finalmente, que si el cientificismo contemporáneo es uno de los nombres de la pulsión de muerte, que apunta a acabar con los síntomas por medio de un saber estadístico fetichizado, el psicoanálisis por su parte «no cesa de ofrecer su réplica a esta pulsión». Para orientarse en este mundo donde la locura es un modo de ser «y reconocer el lugar del sujeto, hacen falta allí las referencias del psicoanálisis muy vivo, el de hoy.»
   
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