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Jacques-Alain Miller - Tres respuestas a La Lettre en ligne (3/10/2007)

Tres puntuaciones surgen en el marco de la publicación del Seminario XVIII de Jacques Lacan, De un discurso que no fuera del semblante.
Con la primera, JAM dará a conocer sus intenciones de aquel entonces relativas al establecimiento de los 25 libros, destacando la perspectiva que surge con la ultimísima enseñanza: “es realmente Lacan contra Lacan. […] Lacan liquida todo lo que precede: es un serial killer, o incluso es un mass murder. […] Como no hay instrucciones de uso, creo que se volverá un emporio para los exégetas del futuro: ¿qué sentido darle?”.
La segunda respuesta se sitúa en torno a los términos discurso y semblante, subrayando que si “Lacan sueña con un discurso que, como excepción, no partiría del semblante sino, sin duda, de lo real – de un real desnudo, crudo, primario, pre-semblante”, esto es, de cierto modo, lo que intenta con su ultimísima enseñanza: “imaginar lo real, rechazando todos los discursos por considerarlos semblantes”. En este sentido, resaltará el antes y el después que ubica en Lacan a partir de mayo del ’68, momento en que pasa a psicoanalizar al psicoanálisis, lo que supone que el psicoanálisis mismo es relativizado.
En tercer lugar, se preguntará si existe verdaderamente para el discurso analítico algo como una “palabra inédita”, y lo sopesará tanto del lado del analista como del analizante. JAM advertirá que los psicoanalistas están en el semblante hasta el cuello, dado que dependen de una tradición, del prestigio social, de remilgos varios, a tal punto que “tiene mucho mérito” cuando un analista “intenta rescatar algo y hacer avanzar un poquito las cuestiones del saber”. Pero también indicará que todo ese semblante esta en vías de reducción acelerada debido a una entropía propia del psicoanálisis, de una lógica infernal que le es interna: “poniendo el know how al alcance de todo el mundo, se vacía al saber de la eficacia que tenía su oscuridad”. JAM no dejará entonces de preguntarse hasta cuándo podrá la Escuela “preservar algunas posibilidades de elaboración auténtica de saber, y también algún prestigio social”.


François Ansermet - Paradojas de los signos discretos en la psicosis ordinaria (2/7/2016)

Se trata de su conferencia durante el XIV Congreso de la NLS, “Signos discretos en las psicosis ordinarias. Clínica y tratamiento”, en la que se abocará a localizar la paradoja de “la carta robada respecto a dichos signos: a menudo, no vemos lo que es lo más evidente, y tan pronto como los reconocemos, ya no podemos considerarlos discretos. Afirmará que dicha detección es fundamental tanto como consideración clínica como de sociedad, y propondrá como orientación “distinguir el signo discreto de y en la solución que ella engendra, que puede al mismo tiempo volverse una solución discreta.” Así, ubicará soluciones tomadas en las trampas de prêt-à-porter” identitarios, mediante las cuales el impasse del sujeto se vuelve colectivo, y soluciones puestas a disposición mediante los desarrollos contemporáneos de las biotecnologías, situando diversos modos por los cuales algunos sujetos “se regocijan al entregar sus cuerpos a la medicina y sus nuevas tecnologías”. Estas biotecnologías “desembocan en un mundo inventado, inédito”, cuyas temáticas en juego alcanzan “guiones imaginarios clásicos característicos de las construcciones delirantes de la psicosis”.
Subrayará de este modo estos “dos vacíos que se hacen pantalla”: (1) el de las consecuencias del no reconocimiento actual de la psicosis, y (2) el de un uso “psicótico” tanto de las identidades como de las biotecnologías. Es la intersección entre ambos la que “hoy debería ser interrogada de un nuevo modo a partir de la psicosis ordinaria y de los signos discretos”.


Jacques-Alain Miller, Éric Laurent & Gilles Chatenay - El cálculo de lo mejor: alerta sobre el tsunami digital (2005)

Conversación publicada en Multitudes -revista política, filosófica y cultural-, en la que Laurent partirá afirmando que “ingresamos verdaderamente en la constitución de una biopolítica”, una voluntad de controlar mediante lo digital promoviendo el cruzamiento de archivos, que “responde a una ideología cientificista perniciosa y a una eugenesia”. Y destacará que, en el pasaje a la efectividad de esta técnica, nos encontramos frente a una “ensordecedora ausencia de reacción”. Es por eso que llama a que un debate público comience a tomar forma sobre esta cuestión. Se señalará que, “en la medida en que el poder digital crea un espacio común de información, surge la necesidad de reconstruir la privacidad”, y esto supone una reconstrucción de las categorías políticas.
Para Chatenay, el 11 de septiembre de 2001 fue un acto político que produjo una báscula. El cerrojo de lo privado saltó en nombre del estado de excepción, y tuvo implicaciones tales que aquello que es privado ya no puede existir, porque es forzosamente sospechoso de terrorismo. A su vez, destacará que “ya no hay más separación entre el orden del lenguaje y el objeto observado” y que ello repercute en la clínica. Laurent precisará que se trata de “la concepción de sí mismo como almacenamiento de memoria”, de allí el engendramiento de una clínica simplificada a procesos cognitivos, que reemplazan todo el saber clínico tradicional.
En cuanto a Miller, localizará que estamos lidiando con lo que llama “el proceso digital”: el viviente fue capturado por lo digital y eso ha tocado la relación del hombre con el significante. Entramos en ese mundo que fue presentido por los artistas, los escritores: “tenemos cada vez más el sentimiento de vivir una novela de ciencia ficción”, admite. Antes de la revolución científica, el significante era el símbolo, pero el significante digital es un significante desimbolizado, desvitalizado y, en efecto, desubjetivado. En esta oleada tecnológica, JAM identifica un resurgimiento del utilitarismo en términos de un “cálculo de lo mejor”. ¿Qué posición tomar frente a este proceso? Primero, adhiere a la idea de Laurent respecto a la necesidad de un debate público que frene el proceso del significante digital mediante el significante retórico. Luego observará que, si la uniformización es la condición de posibilidad del desencadenamiento del proceso digital, hay que ser entonces diferencialista: se trata de todo lo que mediante la diferencia frene el proceso digital. Para ello también abogará por la salvación del catolicismo de Mauriac, Pascal y Péguy, aquel que era humanista y personalista y que hoy se ve dominado por un catolicismo cientificista. Asimismo, señalará que, dado que el objeto a introduce en el cálculo de lo mejor una cantidad profundamente rebelde al cálculo, “el proceso digital llevado al extremo no puede sino producir una exacerbación correlativa de este valor”. En este sentido, si Lacan habla de orden simbólico, propone que “hoy podemos hablar de orden digital”, en el que asistimos a la utilización misma del proceso digital para combatir a los propios sirvientes del proceso digital. Finalmente, afirmará que “no hay que soñar con vencer este proceso” y que, en cambio, se necesita una estrategia de construcción de diques frente al tsunami digital, añadiendo que hay que “creer en la República de las Letras”. Situará que, lo que adelanta Lacan, es que “hay un principio que produce que el cálculo de lo mejor conduzca a lo peor”.

Jacques-Alain Miller - Tres preguntas de Martine Bartholini-Souiex (2/1/2013)

Tres respuestas de JAM que nos sumergen de lleno en diversas consideraciones respecto a las formaciones de grupos suscitadas por las redes electrónicas. Subrayará, primero, que allí la socialidad “está completamente tejida por el significante, un significante tanto más puro cuanto que por el momento carece de auxiliar vocal.” A continuación, se ocupará especialmente del llamado flashmob o multitud relámpago (agrupamientos repentinos y efímeros), de su prehistoria y sus diversas modalidades, extendido luego al plano político, donde en los últimos años se ha puesto en marcha en repetidas ocasiones y diversos lugares. Así, esta práctica de entretenimiento dio lugar a utilizaciones políticas y/o delictivas, consumistas y comerciales. JAM afirma que “se trata de un nuevo tipo de grupos que invita a añadir un capítulo a la Massenpsychologie de Freud”, y emparentará estos “grupos relámpago” a los “grupos en fusión” de Sartre. Tomando diversas referencias, se dedicará específicamente al rol de las redes sociales durante la Primavera Árabe, señalando que este acontecimiento “confirma que el establecimiento de un objeto como denominador común, evocado por Freud para explicar la estructura de grupo, puede perfectamente efectuarse mediante la escritura, y que ésta se encuentra facilitada por la brevedad de los mensajes y la rapidez de las comunicaciones”. Pero destacará cómo significativo el hecho de que “la disolución de la serialidad puramente dispersiva de los internautas y la aparición concomitante de un grupo en vías de constitución no espera a que se hagan presentes los cuerpos”. Finalmente, al señalar la amenaza que este avance constituye para los gobiernos, se aventurará a introducir un nuevo vocablo, “flashguerrilla”, que “pertenece a esta nueva dimensión que, de aquí en más, el ciberespacio proporciona a la guerra”.

Éric Laurent - El goce y el cuerpo social (22/4/2016)

Extracto de su conferencia durante el X Congreso de la AMP, donde señala cómo según Freud el lazo social se fundaba por el rasgo identificatorio al padre de la horda, y cómo Lacan va a proponer un nuevo régimen del lazo social a partir del fantasma y del goce. Distinguirá entonces dos modalidades del lazo social que se extraen de esta otra Massenpsychologie a partir del fantasma: la de las comunidades de goce, caracterizadas “por los modos de subjetivaciones eróticas que se socializan para constituir las formas contemporáneas de vivir la orientación sexual”, y la de las comunidades de consternación, movimientos donde “se trata sobre todo de ocupar un lugar subjetivo, el de un grito, el de una pura enunciación que remite al momento de la pérdida”. En ellas se constatan dos tiempos del fantasma: “Por un lado, el grito del sujeto. Por el otro, el surgimiento del objeto a”, momento de la encarnación del kakon. Destacará que en Lacan un cuerpo debe ser considerado en un sentido próximo al de Spinoza: “se trata tanto del cuerpo del sujeto como del cuerpo político”, subrayando que “las pasiones políticas nuevas surgen como acontecimiento de cuerpos políticos nuevos, y luego se transforman”. En esta línea, se referirá a algunos movimientos contemporáneos como Occupy Wall Street, Podemos, las manifestaciones brasileras en contra y a favor del impeachment, y la Nuit debout, movimientos que, sin pasar por la identificación a un rasgo común, funcionan en “el registro de un cuerpo político producido como existencia lógica y atravesado por las pasiones fantasmáticas”.

Christiane Alberti - ¿Dónde están los hombres? Del fantasma a los tiempos del declive de la virilidad (25/4/2016)

Extracto de su ponencia durante el X Congreso de la AMP, donde destaca que “la virilidad es por excelencia del orden del fantasma” para ambos sexos, caracterizando al fantasma como “una máquina con la que virilizar a los seres hablantes machos o hembras”. Se trata entonces de “destituir al sujeto de su fantasma fálico”. Propone así una lectura de acuerdo a la cual hoy “el orden viril retrocede frente a la aspiración a la feminidad”. En este contexto, retoma el texto de JAM “Buenos días sabiduría” referido al artículo de Kojève, “El último mundo nuevo”, mundo que sería tal por estar “completa y definitivamente privado de hombres”. Allí, Kojève añade al declive del padre la crisis de lo viril. Alberti sugiere entonces leer nuestra época “pornográfica” como una respuesta a dicha desvirilización, cuyo correlato es la omniviralización de los semblantes por la que “todo se pone en funcionamiento como el órgano viril”. En esta línea, afirmará que “lo femenino le gana terreno al inconsciente macho, pero siempre sin fantasma femenino”. Finalmente, destacará que el fantasma no sigue las mutaciones de los discursos, persiste idéntico a sí mismo, fijo, inerte, y que es en la experiencia analítica donde se descubre que el goce “está implantado en una red aún más fundamental que el fantasma”: el sinthome. Se preguntará pues por el lugar y la función del falo en esta perspectiva, situándolo como “significante del goce más singular […] al cual corresponde verificar lo real”. A este respecto, “el psicoanalista se mantiene al margen […] a partir de la destitución de su virilidad”.

Gil Caroz - ¿Quién es charlatán? (6/2016)

Texto escrito como respuesta a una entrevista realizada a uno de los defensores del nuevo proyecto de ley belga sobre las profesiones vinculadas al campo de la salud mental. Dicho proyecto, bajo la pretensión de “simplificar”, “aplasta los matices de este campo, buscando uniformar todas las prácticas psi haciendo exclusiva promoción de las terapias protocolares que apuntan a un adiestramiento del hombre. Responde a una ideología cientificista y a una adoración de las estadísticas, sin tener en cuenta la palabra del sujeto”. (Cf. www.forumpsy.be) El Forum des Psychanalystes de Bélgica se moviliza actualmente para oponerse a este proyecto de ley, y es en este contexto que Gil Caroz retoma en este artículo los recientes dichos del Presidente de la Federación Belga de Psicólogos para llevarnos a reflexionar sobre el valor del diploma de psicólogo, ante las declaraciones de este último que “quiere someter al control de un psicólogo” a “psicoanalistas laicos”, retándolo a evaluar a estos en el plano de la clínica. Sostendrá con firmeza que este título no es más que un papel: “Sabía desde el comienzo que el diploma de psicólogo no me formaría en nada para acompañar a gente que buscaba un punto de apoyo para abordar su real”, destacando la importancia del análisis y el control de la práctica, y los diversos dispositivos de formación. “Es esto lo que hago después de treinta años, porque no soy un charlatán. En cambio, esgrimir el diploma de psicólogo para reivindicar la legitimidad de “recibir” gente e insertarse en su camino es un charlatanismo de alto nivel.

Para firmar la petición del Forum des Psychanalystes  “por la libertad de la palabra y la diversidad de su escucha”, ingresá aquí.
 

Miquel Bassols - La sustancia gozante (I y II) (28/4/2016)

Intervención en el reciente X Congreso de la AMP en Rio, hacia el tema del XI Congreso, centrada en la noción de sustancia gozante. 

PRIMERA PARTE:
Bassols destaca la reformulación radical del dualismo cartesiano efectuada por J.-A. Miller y sus consecuencias para la práctica analítica. Retoma entonces la hipótesis de la sustancia gozante introducida por éste en Sutilezas Analíticas, destacando que hace a la especificidad del cuerpo hablante, del parlêtre, y que se trata de la subversión incluida en la fórmula lacaniana: Pienso luego se goza. Se propone, por lo tanto, seguir esta referencia en el punto 3 del segundo capítulo de Aun, donde Lacan introduce el término “sustancia gozante”. Destacará que ambas sustancias clásicas (pensante y extensa) se proponen como complementarias, “en una relación que estaría ya dada por sentada, pero que es el verdadero misterio que Descartes introduce”. “Ese misterio es el inconsciente, es el misterio de lo real del cuerpo que habla”. El descubrimiento freudiano del inconsciente consiste por lo tanto en señalar que “hay un saber sin sujeto”, es decir, que “el ser que habla lo hace como una res non cogitans, […] no puede pensar lo que dice”. Así, mediante el rodeo de invitarlo a decir lo que se le ocurra en el dispositivo analítico, surge un decir nuevo, a partir del cual puede alcanzarse algún real.


SEGUNDA PARTE:
Aquí Bassols abordará la sustancia extensa como sustancia de “puro espacio”, afirmando que debe todo su valor “a la dimensión imaginaria del yo corporal y a lo que hay de éxtimo en él”. Se trata de un puro espacio fundado “en la noción de parte, con la condición de añadir que todas a todas son externas: partes extra partes”, como lo indicaba Lacan. Bassols se pregunta cómo salir del embrollo en el que vive el sujeto de nuestro tiempo con todos sus síntomas y subraya que en este Seminario Lacan realiza un salto. Se trata de una nueva suposición, que modifica de manera radical las suposiciones precedentes (las del dualismo cartesiano) y que proviene de su propia experiencia analítica: “sopesar el gozar de un cuerpo”, lo que le permite establecer otra forma de sustancia, la sustancia gozante. Es decir, la suposición de que hay un “goce del cuerpo”. De este modo, la única propiedad que puede especificar lo viviente del cuerpo es el hecho de que el cuerpo se goza. Y esta sustancia se goza gracias a lalengua cuyas resonancias afectan al cuerpo.
Finalmente, Bassols introduce una brújula hacia el próximo Congreso de la AMP (Barcelona, 2018) y nos propone reformular el partenaire-síntoma a partir de un nuevo ternario: inconsciente, cuerpo y sinthome, abordando la sustancia gozante con todas las consecuencias clínicas que se deducen de la experiencia analítica y por la dimensión del acto. Así, distinguirá, por un lado, al inconsciente como formando pareja con la interpretación, y al goce como formando pareja con el acto, considerando que el acto analítico es el mejor modo de articular ambas parejas, estos “cuatro términos con los cuales se juega el futuro del psicoanálisis”.




Éric Laurent - Pensar con su alma o hablar con su cuerpo (8/5/2016)

Entrevista realizada por P. La Sagna en el marco del X Congreso de la AMP en Río y en torno a la reciente publicación de “L’envers de la biopolitique. Une écriture pour la jouissance”. Allí, Éric Laurent propone que el síntoma es un acontecimiento de cuerpo y una escritura que constituye el reverso respecto a los impasses de la biopolítica. Mientras que esta última busca clasificar a los sujetos en una categoría, el memento del psicoanálisis es “recuerda tu singularidad”, que no ingresará en ninguna categoría. Como veremos aquí, el psicoanálisis no es el único discurso que “apela a la singularidad y que muestra que es una forma de supervivencia frente a la puesta en conformidad generalizada a la cual el sujeto está sometido de manera creciente”. Sin embargo, lo propio del psicoanálisis es que devuelve esta protesta a lo que resulta de su experiencia, “a la escritura del modo de goce singular, que se deposita en un registro que permite hacer la demostración de esta singularidad cada vez”.
La sustitución del inconsciente freudiano por el parlêtre, brújula que orientó este Congreso, supone poner de relieve al cuerpo como lo que se tiene, un tener “marcado por la relación al vacío”. Para gozar hace falta un cuerpo, y el cuerpo como superficie de inscripción del goce está en falta de modo esencial respecto al exceso de goce. Esta perspectiva opone al idealismo del alma una materialidad lógica del cuerpo. “El lazo social de los cuerpos hablantes es un punto fundamental que acompaña esta promoción del cuerpo que se tiene”, afirma Laurent. Ubica, por un lado, el cuerpo que se goza y, por otro, su captura en los discursos que organizan el lazo social, situándose así una paradoja: “si el goce es autoerótico, ¿cómo podemos concebir el lazo al Otro?”. Responderá que “por los afectos que vienen a tocar el cuerpo, que están en lazo con el Otro”. Afirmará entonces que “el lazo social del cuerpo hablante pone de relieve el acontecimiento de cuerpo común”. Es así que vemos “estos afectos sociales en acción en los diferentes tipos de agrupaciones informales que agitan nuestra modernidad”.
Señalará que Lacan, en su concepción del cuerpo social, “parte más bien del lazo instaurado por las religiones” observando que éste no tiene limitaciones al poder de agrupación de los cuerpos. Laurent propondrá tener en cuenta estos modos de constitución del todo que muestran que “es posible hacer lazo a partir de afectos comunes”. Destacará así un modo de alegría propio del psicoanálisis característico del final de la experiencia, como “un modo de interrogar la manera por la cual el sujeto reconoce la particularidad de su goce, a la vez que la posibilidad de hacer lazo con otros sin por eso creer en un modo de reabsorción de su síntoma en un universal”. De este modo, concluirá afirmando que “la experiencia del psicoanálisis podría contribuir a superar algunos impasses de la civilización de lo universal y de la deriva universalizante de la ciencia”.

Jacques-Alain Miller - La apología de Lacan (9/5/2016)

Nuevo artículo de JAM en Le Point, cuyo punto de partida es la situación actual del psicoanálisis en Francia. Se abocará, primero, a situar las diferencias entre los psicoanalistas lacanianos y los otros, en torno a una de las principales controversias: la duración de las sesiones. Es que, para los lacanianos, “terminar la sesión a una hora prevista le quitaría su poder de despertar”. Pero subrayará que, unos y otros, “no abandonan su postura excepto que aparezca un enemigo común”, muy presente en estos tiempos en los que “se hizo todo por disminuir la influencia del psicoanálisis”. “Sabemos cuándo comienza un análisis, pero ignoramos cuando termina; reembolsar el acto es difícil”, sostiene, vaticinando que la Administración Pública intentará proporcionar un Ersatz, un sustituto: las TCC y sus terapias de protocolo de pocas sesiones. Así, afirmará que hoy el psicoanálisis en Francia “padece de una falta general de grandeza, poesía” y rigor, que era el soplo que le aportaba Lacan: el psicoanálisis como lazo social inédito capaz de hacer vacilar los semblantes y tabúes de la sociedad, la interpretación que usa los mismos recursos de la lengua que explota la poesía, y la necesidad de un punto de partida único para que la teoría no sea librada al eclecticismo. “Es porque el psicoanálisis trata a cada uno, uno por uno, como incomparable, y no como muestra, que resguarda tal vez la última nobleza todavía permitida en tiempos de epidemiologistas.” Dirá que es en esa relación de cada uno con lo que tiene de más íntimo, donde radica el misterio por el cual el psicoanálisis aguanta desde hace un siglo. “Mientras que de este éxtimo no se haya perdido el sentido con el sentimiento, el psicoanálisis no depondrá las armas.

Éric Laurent - El cuerpo hablante: El inconsciente y las marcas de nuestras experiencias de goce (19/4/2016)

En esta entrevista, realizada por M. A. Vieira días antes del X Congreso de la AMP que tuvo lugar recientemente en Rio de Janeiro, Laurent introducirá alguno de los ejes principales de su nuevo libro “L’Envers de la biopolitique. Une écriture de la jouissance”, en su vinculación con el tema del Congreso “El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI”.
De este modo, afirmará que “el acento puesto sobre el cuerpo hablante se inscribe en las proposiciones de la última enseñanza de Lacan para encontrar algo que vaya más lejos que el inconsciente”. Señalará entonces que Lacan partió de ubicar como central en el descubrimiento de Freud que el inconsciente freudiano es un lenguaje en cuya materia la palabra irrumpe, no cesando de “deformarlo, agujerearlo, transformarlo”, y que es allí donde se manifiesta una verdad del sujeto. En plena atmósfera estructuralista de los años ’60, Lacan precisa que “el lugar del Otro es el cuerpo”, lo que permite parafrasear así la fórmula: “el inconsciente es el discurso del cuerpo”, del cuerpo marcado por afectos que le vienen de lo que experimenta por el hecho de que un decir lo atraviesa, distinguiéndolo del cuerpo de los “discursos de sabiduría” contemporáneos que plantean un cuerpo que nos hablaría directamente. Este cuerpo que goza, para Lacan se aproxima al de Spinoza, el cual era tanto cuerpo del sujeto como cuerpo político. Si el sujeto del inconsciente como cuerpo hablante es uno que no puede separarse de las pasiones, la experiencia psicoanalíticaes la vía que permite aproximarse con la mayor precisión a lo que es la verdad del modo por el cual experimentamos las pasiones que nos marcaron y que nos siguen marcando, las experiencias de goce que el cuerpo gozante experimentó.”
Finalmente, se destacará que el principio del cuerpo hablante es que el cuerpo es el lugar de una alteridad ineludible, y que el sexo es el encuentro con esa alteridad en tanto permite “hacer la experiencia de que no gozamos del cuerpo del otro”, ubicando a la vez que es el lenguaje lo que viene a engendrar decires que pueden hacer lazo con lo real del Otro. En esto, Laurent sitúa que la dimensión política se plantea de entrada: “el cuerpo, como lugar de los afectos, es político, puesto que está atravesado por […] pasiones colectivas. Así, la política de los cuerpos hablantes es sopesar el lazo indisociable que hace que el cuerpo sea tomado en lo social.

Marie-Hélène Brousse - Saber hacer femenino con la relación. Las tres R: astucia, estrago y arrebato (12/6/2010)

Comenzará por localizar que la fórmula “no hay relación sexual” tiene como reverso “hay lazo que es sexuado”, para trabajar tres soluciones subjetivas femeninas que se sitúan en un discurso y, como tales, dependen del semblante y de la ficción, y constituyen un saber hacer allí.
Con diversos ejemplos clínicos, afirmará que “la característica de la astucia es mantener juntos lo sexuado como discurso del inconsciente y su vía de verificación dedicada a captar dónde la ficción tropieza y lo que la detiene”. Se trata de una objeción silenciosa: no pone bajo cuestionamiento la ley universal como tal, sino que se apoya en su formulación para revelarla como ficción, al mismo tiempo que reintroduce allí una dimensión que dicha ley ignora. “No un deseo fuera de la ley, sino un deseo a pesar de la ley.”
Tanto en la astucia como en el estrago, encontramos que “lo que no puede escribirse, puede decirse bajo la forma de un discurso que produzca el lazo sexuado”. Pero, “contrariamente a la solución astucia, la elección del estrago ataca el valor fálico que el objeto tiene para el sujeto, y funciona disociando los objetos a de su valor fálico. Es entonces una mortificación del falo, en la cual el imperativo superyoico de goce acaba con el deseo y su causa. […] Es el asesinato del cuerpo vivo por medio del verbo, sin el recurso al corte fálico efectuado por la nominación.”
Si la astucia y el estrago se sitúan en el campo del decir, por su parte, el arrebato “se orienta hacia lo que de La mujer no puede decirse, hacia los límites que en ese punto encuentra el discurso mismo.” De este modo, atañe al no-todo y, entonces, no necesariamente toma apoyo en el valor fálico del objeto a. Aquí, una vacuidad del cuerpo del orden de lo indecible busca escribirse. “Ese vacío que se inscribe no es del orden de la relación, incumbe más bien a una tentativa de soldadura.” MHB destacará cómo la escritura parece un elemento asociado esencial para esta solución, de modo que el arrebato aparecería como “la elección de volverse un cuerpo con lo simbólico, desaparecer soldándose a él”.
Así, “estas tres soluciones intentan hacer ingresar al campo del discurso, pese a la ley sexual, aquello que le es heterogéneo”.


Éric Laurent - De la locura de la horda a los triunfos de las religiones (16/1/2016)

La horda freudiana calificaba un pasaje en los modos de organización social, marcado por el asesinato original del padre, que abría paso a la sociedad de hermanos. Laurent encuentra esta sociedad sin padres en torno a quienes perpetraron los atentados parisinos del 13 de noviembre de 2015, y se pregunta cómo describir a estos jóvenes respecto a su modo de formar horda.
Para ello, se sumergirá en una exhaustiva investigación sobre las lecturas actuales respecto al tema. En primer lugar, tomará la radicalización como fenómeno sociológico, contraponiendo las posturas de O. Roy y G. Kepel, que van desde la existencia de “una rebelión generacional” que destaca la dimensión de la fraternidad de goce, a la idea del síntoma de una ‘ciudadanía incumplida’ en las poblaciones inmigrantes no integradas en Europa, “maduras para una forma de rebelión que tomará el lenguaje del islam”. En segundo lugar, Laurent indagará la radicalización como fenómeno psicológico, es decir, como fenómeno de reclutamiento o de influencia, respecto a lo cual se destacará que “los nuevos conversos pueden ser de orígenes culturales muy diversos”, al mismo tiempo que se rechazará el lazo entre delincuencia y radicalización, y entre religión y radicalización, y se establecerá una analogía entre los fenómenos de radicalización y los de sectarismo, en tanto se construyen “en ruptura con la sociedad” y se cristalizan “en torno de una ideología y de una modalidad extrema de la creencia”. En tercer lugar, tomará la radicalización en su relación con la economía, para indicar que “la idea según la cual la miseria o el analfabetismo serían factores explicativos de la violencia no se sostiene”. De este modo, las explicaciones sociológicas, psicológicas y económicas de los modos de constitución de la horda tropiezan con el misterio de la conversión que opera para algunos y no para otros. Por ello, muchos concluyen que “los terroristas son sujetos normales de los cuales nada en particular puede decirse”, o bien que “hay tantas causas profundas del terrorismo como expertos en ciencias sociales”, lo que equivale a decir que “no hay causas sociales para el yihadismo”. Se encuentra allí un debate abierto desde el juicio a Eichmann, y que condujo a H. Arendt a hablar de la ‘banalidad del mal’. Laurent tomará entonces autores que examinan los lazos entre radicalización y fascismo, “a partir del lazo entre rechazo del capitalismo global y procesos de fascistización”.
Luego, propondrá considerar a la religión como “un lazo social de pleno derecho y no como un pretexto” para tomar en cuenta “la relación entre la especificidad del discurso teológico y su anclaje en una martirología renovada”, re-examinando con el psicoanálisis este lazo particular del triunfo de la religión sobre la muerte y su relación con el crimen originario. Así, ubicará que la solución cristiana anuda al Dios y al padre, mientras que la elaboración islámica los separa radicalmente. Se trata de una ontología que “establece una ecuación entre Dios y Ser, entre el Uno y la identidad de lo real”. Como afirmó JAM, Alá “es el Dios Uno y único, y es un Uno absoluto, sin dialéctica y sin compromisos”.  El Dios del islam aparece como una crítica al padre. El islam es una religión del hijo, en la medida en que es salvado de su propio padre. La umma islámica privilegia el lazo entre hermanos, respecto a lo cual se plantea la “sustitución del Otro como tal por la noción freudiana de sociedad de hermanos”. 
Finalmente, ubicará que en los años ’70 Lacan se refería al triunfo de la religión en singular, dándole al catolicismo el lugar de “la verdadera religión”, mientras que ahora JAM nombra el “triunfo islamista”, mostrándonos que hay que hablar de triunfos de las religiones en plural, incluso también del triunfo judaico. “Estos triunfos son tanto los que serán compatibles con la sublimación como los que se oponen a ella celebrando la pulsión de muerte. Deberemos tenerlos en cuenta en su pluralidad y su diversidad a lo largo del siglo. Como paso previo, hay que renunciar a la ilusión de un sentido único de la historia hacia la secularización.


Catherine Millot - Pasión de Lacan. La lógica y el amor (13/4/2001)

Usted no es la única, eso no la vuelve menos sola”, es la frase que le dirigió Lacan, una de aquellas que “tenían el arte de poner en continuidad el adentro y el afuera, como esos objetos topológicos rebeldes a la imaginación […] para deshabituarlo a uno de la manía de comprender”.
A partir de ubicar las coordenadas bajo las cuales se decidió para ella la transferencia al psicoanalista, observará que Lacan no dejaba de hablar del amor y de la lógica, interesándose en sus impasses y paradojas, en los agujeros por los cuales se evacuaba el sentido y desaparecía la esperanza de establecer relación alguna entre hombres y mujeres. Lacan entonces nos invitaba a inventar otra lógica que partiese de lo imposible. Nos liberaba así “de la comprensión y de la obsesión de encontrar un remedio para todo”, en una época en la que se amaban los agujeros. Destacará que “el espacio que se había abierto, hoy se volvió a cerrar” y que la época actual se caracteriza por “el aburrimiento con el que nos abruman sempiternos problemas que reclaman sus soluciones”. En cambio, es en los parajes de la transferencia como apuesta donde podía encontrarse “lo que Lacan llamaba el verdadero amor, que nace de los signos de lo que en cada uno marca la huella de su exilio.”  
               
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